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viernes, 22 de julio de 2011

De paseo por Madrid

Desde el Prado hasta la Castellana, desde la Puesta del Sol a la Puerta de Alacalá, Madrid deja entrever en sus calles, sus avenidas el explendor de la Historia.
Sus edificios de glorias pasadas, palacios y casonas; si nos detenemos en sus detalles podemos encontrar en sus ventanas, fachadas, forjas, mil y una filigranas.
Cibeles, la diosa de la Madre Tierra, montada en su carro que simboliza la superioridad de la naturaleza, entre la tierra y el agua, el cielo y la vegetación, centra la plaza anillada de vehículos que, como satélites, rinden culto a su alrededor.
En la carrera de San Jerónimo se alza el Placio del Congreso, flanquedo por los dos leones, hechos con el bronce de los cañones capturados al enemigo en la guerra de África de 1860, que vigilan su entrada y a los viandantes.
Desde sus anchas avenidas podemos ver grandes edificios rehabilitados para otros fines a los que fueron creados. Si nos fijamos en los detalles, podemos encontrar mil y una inimaginables figuras.
En sus barrios las fachadas aún contienen aspectos del Madrid antiguo.
Y como no, su Plaza Mayor, centro neurálgico del Madrid castizo y centro de su politica local.
Los accesos de la Plaza Mayor aún nos transportan a otros tiempos.
 Y en sus soportales, con aires de antaño, sus tiendas y negocios aún mantienen ese sabor.

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