Aún sigue viva la cementera, entre fantasmas
que lo habitan y se pasean señoriales.
Sólo quedan sus esqueléticas armaduras
de robustas piedras forradas.
Un sueño de antaño se desmorona
entre farallones pétreos que lo abrazan.
Aún se vislumbra lo que hubo,
lo que fue y lo que será.
Aún queda una mirada melancólica
entre los rayos de sol que la atraviesan.
Interesante lugar. Las fotos hablan de su historia...
ResponderEliminarMuchas gracias Mario, sobre todo por recibir tu visita por este blog. Para hacer en este lugar unas nocturnas, como teneis en vuestro blog, es ideal, aunque de noche por ese lugar es peligroso.
ResponderEliminarA ver si me apunto a alguno de vuestros cursos cuando vengais a Requena.
Un saludo y gracias.