Apoyada sobre su espalda, la parra asciende, retorcido su eje para sostenerse. Sus pámpanos caen como melena al viento.
Así somos, siempre apoyados en alguien, en algo. Nuestras vidas retorcidas por el paso de la vida, de las experiencias, se anclan en las personas, en ideas... Mientras nuestros intereses se bambolean en el pasar de los días, dejando caerlos, como pámpanos en otoño, según cambiamos de los mismos por otros más interesados.
Así son nuestras vidas, enredadas....
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